sábado, 3 de diciembre de 2022

 V

“El testigo”

Diario del artista



Creo que en el proceso de un trabajo, un proyecto, o una obra, tenemos que buscar las satisfacciones extra o adicionales, que eso nos pueda dar.

Si estamos realizando un trabajo, pensar en para quién lo hacemos, cuál es nuestra intención y cuál será la mejor manera de hacerlo, o a quiénes ayudará un proyecto culminado con amor o esfuerzo, o cómo podrá quedar la obra, una vez terminada, si la hemos hecho con paciencia y poniendo lo mejor de nosotros.

Pero en temas de artes plásticas, específicamente, un día de estos les di una idea a mis compañeros de la clase de acuarela con Juan Carlos Camacho.

Regularmente, cuando pintamos tenemos un papelito al lado, para estar quitando el exceso de pigmento que viene en el pincel, antes de que las cerdas toquen el papel, y ese trozo de papel, que puede ser blanco, manchado o restos de una acuarela que no funcionó, al final se va al bote de basura o queda olvidado entre papeles y "chunches" del taller.

Les hablé un poco de la importancia de trabajar en un espacio limpio y ordenado, y que cada cosa que nos acompañe sea testigo de lo que hacemos. Así como los pinceles se convierten en una gran herramienta, el ambiente debe ser ideal y cada artículo forma parte importante del resultado, así mismo debe hacerlo ese pedazo de papel que nos acompaña durante la obra, y tal vez durante otras más.

Les dije que antes de empezar un trabajo nuevo en la acuarela, nos hagamos de un papel nuevo, del tamaño que queramos, recortado con cuidado, que sea como una obra adicional a la que estamos pintando, y que sirva para recoger todas las gotas sobrantes de pigmento, que no deberían sólo quedar en el olvido y o irse directo al trapo que también tenemos cerca.

Y que al final, una vez que la obra sea firmada, también lo sea el papelito lleno de "manchas" casuales, suaves y fuertes, y que podría ser, por ejemplo, el separador de páginas o marcador de libros, que evidencie el trabajo que acabamos de terminar, que siempre parecerá ser como un cardumen, aunque de colores diferentes y formas distintas.

También puede convertirse en la tarjeta que acompañe a la obra, una vez que la entregamos, con nuestro agradecimiento escrito.

En fin, las ideas de qué hacer con ese trozo de papel, testigo de nuestro trabajo, son muchas; pero eso ya lo dejo a tu imaginación, mi consejo, o idea, es que empecés a trabajar junto a un trozo limpio, testigo fiel de lo que hacés.




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